Se trata de uno de los mantos históricos de la Mare de Déu, confeccionado en 1867 con motivo del segundo centenario de la Real Capilla, actual Basílica de la Virgen, y fue el que portó en el acto de su Coronación Pontificia en 1923.
Además, es el que llevó la imagen de la Patrona cuando estuvo escondida durante la Guerra Civil en el Ayuntamiento de Valencia. Fue confeccionado en Sevilla en tisú de oro y plata brescada y bordado en realce.